Ensayo, "Después de la fotografía" de Fred Ritchin
En este ensayo hablare de la fotografía, la imagen y la tecnología y su transmutación en la actualidad, basándome
en el libro “Después de la fotografía” de Fred Ritchin.
Es evidente que el mundo va en aceleración a pasos agigantados,
va en un espiral descendente sumiéndose cada vez más en la decadencia, sin embargo,
no concuerdo con Ritchin cuando dice que nos la vivimos pegados a la
computadora, ni cuando dice que dichos avances tecnológicos son negativos.
Aunque no concuerdo en muchas cosas con él, tengo que aceptar que el libro me
ayudó a abrir los ojos en cuanto a fotografía se refiere, nunca antes me había puesto
a pensar la gravedad de la manipulación fotográfica y como la foto como antes
la conocíamos ya no existe.
Ritchin menciona que la foto de antes ha muerto ahora está la
foto 2.0, afirma que es un doppelgänger, la que alguna vez existió ya no
existe, para mi después de leer este libro, mismo que reafirmo lo que creía de
las fotos, más bien lo magnifico en el sentido de que ahora estoy seguro que las
fotos no dicen la verdad ni tantito, no son un referente como alguna vez lo fueron,
gracias a la computadora, la fotografía nos remite a una realidad inexistente.
Algo que me impresiono fue la foto que salió en la portada
de National Geografic en 1982, la de las
pirámides en la que arbitrariamente se movieron estas ruinas para que cupieran
en la portada, para mí es irrisorio que una de las revistas fotográficas por
excelencia haya permitido dicha manipulación, es increíble a mi parecer la aceptación que ha tenido la manipulación digital,
¿acaso hay un límite? ¿No es evidente lo peligroso que es esto? Ya que la foto
actualmente funciona de acuerdo a la intención del creador y cualquiera puede
ser creador, independientemente de si es bien o mal intencionado, es obvio que
una foto puede moldear mentalidades en masa y destruir vidas.
“Puede ser tentador
fabricar imágenes perfectas, aun en la búsqueda de lo que uno considera es un
bien mayor, pero cuando se pone en duda el papel del medio en tanto testigo y
registro, la gente en el poder tiene una ventaja aún mayor…” ( pág. 72)
La foto puede ser utilizada por cualquiera y si este
individuo es hábil y mal intencionado puede generar estragos severos; desde la foto
creada con la intención de molestar a fulanita y esta imagen la lleve al
suicidio por el constante acoso, cual capítulo de la “Rosa de Guadalupe”, hasta una foto alterada de algún presidente cometiendo
un acto ilícito y esta lleve a una guerra civil, sonará exagerado, pero en el
mundo contemporáneo con la facilidad de difusión de información esto es una
posibilidad, una imagen bien canalizada y respaldada por la gente indicada, sea
verdadera o no puede ser extremadamente dañina.
Es evidente que con la manipulación digital las
posibilidades son infinitas, sin embargo, lo más impresionante es que mucha
gente le sigue creyendo a las fotografías.
Muchísimas personas saben editar y muchas más están aprendiendo yo me
encuentro entre las segundas y a pesar de que no es pan comido tampoco es difícil.
Ahora esto también tiene su lado positivo como que la pornografía infantil
puede ser legal si no se utilizan niños, esto es bueno ya que serviría como válvula
de escape para la gente que tenga la necesidad de consumir imágenes como estas,
aun así, suena sumamente surrealista esto, hace unas décadas decir que harías pornografía
infantil sin niños sería imposible, es como decir que vas a hacer un coche sin
metal, hoy en día gracias a la tecnología ambas son posibles. Lo lamentable de
esto es que ya no sabes que es real y que no.
“La fotografía digital ha roto la relación entre la fotografía
y la realidad para siempre. Estamos entrando en una era en la que nadie podrá decir
si es una foto falsa o verdadera. Todas serán hermosas y extraordinarias, y
mientras más pasan los días, más serán parte del universo de la publicidad. Su
belleza, como su verdad se nos escapa. Pronto acabaran por dejarnos ciegos a
todos”. (Win Wenders, pág. 83)
La guerra o la política es otro punto muy interesante que se
trata en el libro como mencioné previamente las fotos pueden mover masas, y lo
peor de todo es que la foto no tiene amo ni dueño, va para donde la dicen ya
sea que la utilicen para cambiar la idiosincrasia de un país y este apruebe una
guerra como pasó al principio o Vietnam, o que un político la use para generar
falacias y conseguir la aprobación de la gente, o que una celebridad se haga
ver como alguien sumamente filantrópico y amistoso aunque sea un ser humano
horrendo. A pesar de esto es un arma de doble filo, otra vez como paso en
Vietnam, con el fotoperiodismo la gente se percató de los horrores de la guerra
y como dice Ritchin hacen falta dos fotógrafos que muestren lo mismo, pero de ángulos
distintos para mostrar la verdadera naturaleza de algo. Razón por la cual ya no permiten a periodistas
en la guerra.
Hay un brillo de esperanza en todo esto, con la proliferación
de cámaras alrededor del mundo que ya se cuentan por millones los puntos de
vista van a ser igual de diversos e inevitables y ahora cualquiera puede ser un
periodista en potencia mostrando lo que en realidad quiere sin prejuicios ni pretensiones,
ofreciendo una mirada más aterrizada y cercana a la realidad.
Finalmente, en un mundo en que cualquiera puede ser fotógrafo
¿cuál será el propósito de los fotógrafos profesionales?, es más ¿tendrán un propósito?
El futuro tampoco se ve muy esperanzador para los artistas visuales y los músicos,
como dice Ritchin en el libro, no es muy complicado hacer un programa que mimetice
la forma de producir arte de un determinado artista, es decir una maquina puede
hacer la obra de arte, en un futuro un software así suena muy real, entonces en
dado caso ¿cuál sería la función del artista?, o incluso con la tecnología CGI
de hoy pueden regresar a la vida actores muertos o completar películas incompletas.
Bajo esta óptica, como raza es muy factible que las maquinas nos
superen y nos conviertan en inútiles, vamos rumbo a la inutilidad auto inducida,
sí estoy a favor del progreso, y de la tecnología, pero ¿Hay un punto para detenernos?
O ¿va a ser demasiado tarde? y vamos a
llegar a un punto en el que no hay retorno y nuestra tecnología nos superará en
todos los ámbitos, convirtiéndonos en reliquias, en productos obsoletos.
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